[Tip Semanal] De metáforas y símiles. Un helicóptero apachurrable.

Puede ser que hayamos escuchado en más de una ocasión que una forma de mejorar las descripciones es usar metáforas (sentido figurado en una comparación, "el tiempo es oro") o símiles (comparación directa, "eres frío como el hielo"). Pero muchas veces no pensamos en que estas dos clases de recursos literarios son más que solo decir que algo se parece a otra cosa, como menciona Jeff VanderMeer en Wonderbook: La Guía Ilustrada de la Creación de Ficción Imaginativa:

Los símiles y metáforas son altamente inestables—susceptibles no solo a lo apropiado de la comparación que quieres hacer fundamentalmente, sino también al tono y textura de esas comparaciones. Por ejemplo, aunque "Su cabello era tan blanco como la nieve" es un cliché, "su cabello era tan blanco como la leche" se estucha mal porque la textura de la leche no concuerda con la textura del cabello. Sí, ambos son blancos, pero necesitan más puntos táctiles para que se tengan coincidencia. En este ejemplo, podrías quizá escribir, "Su cabello estaba tan mojado y blanco como la leche", con "mojado" haciendo el cambio de la textura a algo más adecuado, pero sigue forzándose un poco y no funciona realmente. Del mismo modo, al describir que un helicóptero luce como un renacuajo podría tener sentido en cuanto a la forma (sin las hélices), pero un renacuajo es apachurrable y un helicóptero duro.

No debes simplemente fijarte en una característica de la comparación que deseas hacer, debes tratar de que en esta haya más puntos en común para obtener mejores resultados. "Juan es tan alto como un gigante" funciona porque un gigante está vivo, y es alto. Pero si escribes "La mesa era tan alta como un gigante" habrá complicaciones. Necesitarías que el contexto en el que está tu historia contenga gigantes o hayan sido mencionados y comparados antes para que no quede fuera de lugar el símil.

"Juan vino y pasó tan rápido como un planeta" simplemente no funciona, un planeta se mueve a enormes velocidades, pero no es lo primero que pensamos cuando estamos hablando de velocidad. Quizá "tan rápido como un rayo" funcionaría mejor. Puedes esforzarte en sacar comparaciones únicas para evitar clichés, pero debes tener cuidado porque podrías estar fallando como

Adicionalmente, una metáfora o un símil son cosas que llaman la atención. Si en una oración o párrafo quieres meter este lenguaje figurado debes estar consciente de que le estás metiendo reflectores, dándole importancia. Si en tu escena hay una chica pasando porque es una calle concurrida y haces una metáfora sobre ella, debes preguntarte por qué ella es importante, pues los lectores le prestarán toda la atención. Si al final solo es una transeúnte sin importancia, quizá estarás floreando tu escena sin razón.

Lo mismo sucede con edificios, ambientación y todo en la escena, no uses tantos símiles y metáforas a menos que tu objetivo sea una escena digna de premio nobel de literatura.